Meditar viene del latín “meditari”, que significa «considerar». También deriva de «mederi», que significa «cuidar». Meditar es contemplar o reflexionar con la intención de curarnos del sufrimiento innecesario. El dolor es parte de la vida, pero sufrir por ello es opcional.

Igual que entrenas tu cuerpo para estar en forma, puedes entrenar tu mente como si de un músculo se tratara. La práctica de kindfulness es una forma de meditación. Consiste en mejorar la concentración a través del cultivo de la atención, la benevolencia y la compasión por uno mismo y los demás. Va un paso más allá del mindfulness que popularizó Jon Kabat-Zinn en los 80.

¿Qué beneficios tendrás si practicas con regularidad?:

• Desarrollar tu atención, para poner foco en lo importante, en lo que tú puedes gestionar. Para dar lo mejor de ti a tus clientes, compañeros, amigos y familia.
• Relajarte a voluntad para poder gestionar el estrés.
• Regular tus emociones para responder con más eficacia y optimismo, para no quedarte enganchad@ a lo negativo.
• Desarrollar tu intuición, escuchando a tu cuerpo, para ayudarte a tomar mejores decisiones.
• Cultivar la compasión y la bondad para cuidar de tí y de tus seres queridos.
• Cultivar la ecuanimidad: el equilibrio mental que necesitas.
• Fomentar la honestidad contigo mism@ para ser coherente con lo que piensas, sientes y haces.
• Desarrollar tus habilidades de concentración para ser más productiv@.
• Cultivar la sabiduría, a través del desarrollo espiritual, para aprender el arte de vivir.
• Cultivar la moralidad, la conducta ética y la integridad para aportar lo mejor de tí a la sociedad.